No dice la insegura luz del alba
ni apenas un suspiro.
Se hunde la lejanía del escrito
en el silente ahogo.
La ausencia de palabras
una
tromba
que entrecorta breves respiraciones.
La primera caricia de la luz
muere el brillo de Venus.
Recorre tu piel la esperanza frágil.
Al instante de frío
le sucede la agradable tibieza.
Es una caricia sensual y ausente
que no precisa manos.
Como viene se rompe
y no se vuelve atrás.
Un latido azul te enciende los ojos.
El sabor de la vida
despierta tu corazón
y
el vacío
por poco lo detiene.
El impacto del nuevo día agota
todas las esperanzas.
Pero ya ni la sábana te cubre
y ni siquiera ante el alba
la sangre se arrodilla desnuda.
27 de mayo de 2013
Eduard Ariza
Un bonic poema, críptic però sofrent.
ResponderEliminarSalutacions!
Darrerament no he estat gaire inspirat. A veure si ara durant l'estiu puc arribar a fer alguna cosa decent. ;)
EliminarSi això no és decent que baixin els querubins i ho vegin!
ResponderEliminarGràcies Galderich!! Tu sí que saps com animar a la gent i aconseguir que senti satisfacció amb el seu treball.
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