La Libertad guiando al pueblo por Delacroix, 1831, Francia, El Louvre.
La Revolución de Julio, conocida
como la Revolución de 1830. Desde 1826 la mala administración azotaba Francia
que, a causa de las turbulencias de dos décadas arrastradas luego por la
administración inmovilista de la Restauración, pagaba las penas de no haberse
puesto al día con la revolución industrial. Lejos de aflojar, Carlos X había
dado directrices para imponer medidas más duras.
Escudo Real de Carlos X, durante su reinado, ondeó sobre la bandera blanca de la Francia borbónica.
La burguesía le detestaba por
mantener los privilegios constitutivos de la nobleza y privarla de asumir el
mando, las clases populares le maldecía por la mala situación del país y los
sectores intelectuales le detestaban por haber impuesto la censura. El rey se
quedaba sólo con los ultramonárquicos, pues hasta los monárquicos moderados se
lo alejaban.
Luis Felipe I rey de Francia entre 1830-1848.
Entre tanto, Luis Felipe, duque
de Orleans, se presenta como una alternativa de poder. Él era quinto
descendiente por la línea masculina de Felipe de Orleans, hijo menor de Luís
XIII, con lo que tenía cabida en la línea sucesoria. Su tatarabuelo había
ejercido la larga regencia durante la minoría de edad de Luís XIV. Sin embargo,
lo más importante es que su padre, Luis Felipe II de Orleans, renunció a su
título durante la revolución para unirse a ella. Se pasó a llamar Felipe
Igualdad y votó a favor de la muerte de Luis XVI (su primo) en 1793 y fue
guillotinado por Robespierre el mismo año.
Alegoría de las Tres Gloriosas: La Bandera Blanca del absolutismo se convierte en la tricolor de azul, blanco y rojo, León Cogniet, 1830, Francia, Orleans.
A principios de julio de 1830,
Carlos X y su primer ministro Polignac pretendieron dar un golpe encubierto.
Disolverían en parlamento convocando elecciones fuera de plazo y darían la
mayoría al partido monárquico, sin preocuparse mucho por los votos. En las
grandes ciudades la crisis se hizo palpable y empezaron las protestas ante el
inminente fraude electoral. El día 25 el rey, desde el Château de Saint-Cloud,
donde veraneaba, firmó las Reales Ordenanzas, por las que abolía la libertad de
expresión y aplicaba la censura, en base a lo fijado en el Art. 14 de La Carta,
donde se reconocía “el poder prelegal” del monarca.
El Duque de Angulema, nominalmente Luis XIX.
El 26 la gente salió por las
calles de París gritando: “¡Abajo los Borbones!”. Desde su palacete el rey
ordenó al mariscal Marmont poner orden en las calles. El 27 se clausuraron los
periódicos que seguían abiertos. EL 28 la gent abrió barricadas en París, fue
la primera de las “Tres Gloriosas Jornadas”. Carlos X destituye a su gobierno,
con lo que pierde su último apoyo: los ultramonárquicos. El 29 los
destacamentos parisinos del ejército se unieron a la revolución. El 30, las
cámaras se convocaron a sí mismas e invitaron a Luis Felipe de Orleans a ser
Lugarteniente del Reino.
Carlos X, Luis XIX y el pequeño Enrique V pasan revista a las tropas. Hay tres reyes en la imagen, sin reino ni corona.
Carlos X emprende su huída. El 2
de agosto llegó a Rambouillet, donde decidió abdicar a favor de su nieto,
Enrique, hijo del duque de Berry. Para que el pequeño de doce años pudiese
pasar a ser nominalmente Enrique V, fue necesario que su tío, el duque de
Angulema, también abdicase, con el título de Luis XIX, cuyo reinado duró el
breve lapso entre que su padre soltó la pluma después de firmar el acta de
abdicación y la tomó para firmarla a su vez. La rama legitimista, pretendía al
colocar al pequeño Enrique proponer una regencia que, aunque los desposeyera
del poder, salvaría a la familia.
Enrique (V) 1820-1883.
En París Luis Felipe maniobra
para controlar la situación. El sector republicano, tanto el moderado de Thiers
como el radical veía al Lugarteniente con malos ojos. Quería ver proclamada la
república, no una nueva monarquía; hasta se trazaron planes de asesinato. Sin
embargo, Lafayette dio un espaldarazo el duque de Orleans al proclamar, al lado
de éste, en el balcón del ayuntamiento de París: “Una monarquía constitucional
es la mejor república”. El 9 de agosto se desoyó oficialmente la petición del
ex rey Carlos X para constituir una regencia del trono de su nieto y se
proclama a Luis Felipe I rey de los franceses. La Segunda República hubo de
esperar en Francia hasta 1848, cuando al revolución de ese año derrocó a la
monarquía de julio.
Cripta de Carlos X y Luis XIX en Nova Gorica.
Carlos
X marchó, por segunda vez a lo largo de su vida, al exilio, a Praga, donde el
emperador de Austria le ofreció asilo. No volvería a pisar Francia. Murió en
1836 a causa del cólera. Su hijo, lo seguiría en 1844. Ambos, están enterrados
en el monasterio franciscano de Nova Gorica.
Don Juan (III), tercer hijo de Carlos (V) María Isidro, pretendiente carlista al trono de España y legitimista al trono de Francia.
¿Y qué pasó con la rama
legitimista? ¿Cómo ha llegado el bisnieto del general Franco a ser el
pretendiente al trono de Francia?
Es práctico considerara Enrique V
como último Borbón de Francia, pues esta casa real empezó su reinado en este
país con Enrique IV. Murió en 1883 sin descendientes, con lo que los
legitimistas tuvieron que ir a buscar otro pretendiente. Lo encontraron en Juan
(III) de Borbón, hijo de Carlos (V) María Isidro, quien también era
pretendiente carlista al trono de España. Tres pretendientes carlistas lo serán
también al trono de Francia: Carlos (XI), Jaime (III) y Alfonso Carlos. La
muerte de este último en 1936 extinguió la rama de Carlos María Isidro.
Alfonso de Borbón, nieto de Alfonso XIII, primo de Juan Carlos I, pretendiente al trono de Francia.
Una vez más hubo que buscar
pretendiente, esta vez los legitimistas reconocieron a Alfonso XIII de España.
En el exilio, este rey forzó a su segundo hijo Jaime a renunciar a los derechos
sobre el trono de España, a favor de Juan, su quinto hijo. Sin embargo, Jaime
heredó de su padre los derechos sobre el trono francés. El hijo de Jaime,
Alfonso, primo de Juan Carlos I, se casó con Carmen Martínez-Bordiú. De este
matrimonio se temió hasta la muerte del dictador que pudiesen terminar de reyes
de España, si su abuelo cambiaba la sucesión. Afortunadamente, hubieron de
conformarse con seguir de pretendientes y legar, al morir Alfonso en 1989, ese
título a su hijo, Luís Alfonso de Borbón Martínez-Bordiú, Luis XX para los
monárquicos de Francia.
Luis (XX) de Borbón y Martínez-Bordiú, actual pretendiente legitimista al trono de Francia.
Además de él, siendo la corona francesa un trono muy disputado, hay un pretendiente orleanista descendiente de Luis Felipe I y un pretendiente bonapartista.
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