domingo, 22 de abril de 2012

Instrucciones para leer... un manual



 No existen unas instrucciones para leer. Bueno, quiero decir que no existen más allá del saber que la “m” con la “a” /ma/ y la “m” con la “e” /me/. El estímulo para lectura debe venir desde pequeño. Resulta muy difícil que una persona, un adolescente, una vez ha madurado, adquiera este hábito si no se lo han inculcado.
Se mire por donde se mire, leer, en el formato que sea, constituye un necesidad para el hombre. La lectura nos rescata de la ignorancia como el deporte nos conduce a la salud. Además nos permite ampliar nuestros horizontes culturales, desarrollar nuevas sensibilidades, adquirir “experiencias” que por unas razones o por otras nunca podremos vivir en primera persona, y cultivar fructíferamente nuestro lado íntimo, el verdaderamente humano en general. Tranquilos, aquí concluyo el alegato.

El Día de Navidad sopesando los regalos. 

Ahora bien, a menudo debemos hacer lecturas obligatorias que no nos son gratas. No se debería pensar que esto queda limitado al instituto o a la carrera de letras, porque es del ámbito general de la vida el ir leyendo en ocasiones por imposición. Ciertamente, la sola obligación mata la relación creativa del hombre con la palabra escrita y fractura un poco todo el proceso. Del mismo modo, la temática de estos textos se aleja a menudo de nuestros propios intereses, o su escritura se basa en un formato excesivamente técnico para ser grato, especialmente, como me ha sucedido a mí, a lo largo de una extensión muy prolongada.
En mi primer curso en la facultad los manuales de literatura han constituido una excelente fuente de conocimientos para mí. En general su lectura ha sido bastante grata y ha enriquecido mis puntos de vista con opiniones de expertos de caras a los exámenes que son inminentes; y, lo más importantes, de caras a mi cultura.

La España Ilustrada de la segunda mitad del S.XVIII de Jean Sarrailh.

Sólo dos manuales por su extensión han resultado unas lecturas dificultas. Ni Erasmismo y España de Marcel Bataillon, ni La España Ilustrada de la segunda mitad del S.XVIII de Jean Sarrailh se encontraban entre las lecturas obligatorias del curso; formaban parte de la bibliografía recomendada. Yo me animé con ellas por aquello que me gustan los retos. De sus lecturas extraigo las siguientes conclusiones, para leer la clase de libros que hemos descrito:
-Los manuales no se deben leer imitando el patrón de conducta de las lecturas de placer:
  • No leerás manuales en el metro, ni los viajes. Necesitas un espacio tranquilo en el que puedas consagrarte por entero a su lectura. De no hacerlo su compleja abundancia de datos técnicos te llevará a caer en frecuentes distracciones que entorpecerán y ralentizarán más tu lectura, frustrándote demasiado.
  • Márcate una disciplina de páginas a leer cada día. Que sea realista, no te pongas un imposible, pero sin caer en la propia condescendencia. Unas 20 páginas están bien.
-La temática del manual tal vez no te interese o quizás en algún aspecto el autor profundice demasiado. En este último caso sería lícito saltarse un par de páginas. Sin embargo, por norma general enfoca la lectura como un ejercicio de autoexigencia.
-No leas sólo el manual. Para alguien que tiene en la lectura una de sus aficiones no hay nada más frustrante que ponerse a leer algo con lo que no disfruta durante un largo período de tiempo. Alterna el manual con lecturas de placer.

 
Erasmismo y España por Marcel Bataillon. 

-MUY IMPORTANTE: Perdona a los doctorcillos de cualquier especialidad técnica que como Bataillon o Sarrailh te piden disculpas en el prólogo porque tal vez puedes encontrar que su ensayo de casi 1.000 páginas presenta algunas carencias de contenido. Es un sencillo formalismo con el que deben cumplir. 


¡¡¡Buena Lectura!!!

2 comentarios:

  1. Trobo molt encertats els teus consells. Jo sempre tinc més d'un llibre començat però això és per culpa de la pressa, de la fugacitat del temps perquè anys endarrere no em passava. Quan llegeixo assaig, manuals o història necessito una lectura paralel·la tipus novel·la o relat en la qual se m'expliquin coses però, això sí, ben dites.
    Amb afecte, Eduard. Segur que treuràs bones notes perquè t'ho mereixes.

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    1. Gràcies Glòria. Espero que aviat enllesteixis totes les teves lectures.

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