Y cuando la profesora Jimena llegó al aula todos llevábamos un buen rato esperando, sentados en aquellas inconfortables sillas.
-Buenos días… -se interrumpió para quitarse el bolso que llevaba cruzado en el pecho y se desabrochó su chaqueta de curiosos estampados, entre geométricos y florales.- Algunos compañeros vuestros me han pedido que cuelgue los apuntes de lo que haremos en el campus a partir del día dos –de mayo- para que podáis secundar la huelga.
Poco amanerada en su aspecto, todos presentíamos que Jimena era mucho más joven de lo que podía parecer, sin que tuviese, en verdad, aspecto de vieja. Delataban su juventud su carácter liberal y su actitud reivindicativa que seguía muy viva. Ella continuaría haciendo sus clases, porque la huelga no se había convocado para los profesores, sin embargo:
-Me sorprende que algunos de vosotros no tengáis claro aún…
Los hechos parecían bastante claros. El gobierno había decidido subir las tasas universitarias un 66%. Tanto maltrato recibirían alumnos como profesores. Ellos tendrían que dar más horas de clase (si no eran despedidos) y verían este esfuerzo extra premiado con una bajada en su sueldo. Ya no era una cuestión de ser estudiante o profesor, como ciudadano no podías evitar preguntarte si antes habías recibido demasiado a cambio de muy poco del sistema universitario y el estado del bienestar en general. Un “si” de respuesta a esta pregunta hubiese significado un gran alivio, ya que hubiese demostrado, con gran consuelo para nosotros, que una plaga de escorpión africano hubiese sido mucho peor legislando en parlamento y con las carteras ministeriales colgando de sus aguijones, que nuestros gobernantes. Por desgracia, cuanto más se pensaba, menos óptimos te parecían los servicios universitarios recibidos, hasta entonces. Sinceramente habían sido malos en muchos aspectos, pero ahora los quería volver pésimos. También te venían a la mente los recortes en los institutos; la entrega de la dirección de los módulos de la educación pública catalana al director de l’Associació d’Escoles –Privades- Cristianes de Cataunya, quien presentó, en el Departament d’Educació, el notable currículum de ser miembro activo de Unió; lo que a primera vista parecía ser injusto se justificaba, cuando caías en la cuenta de la importancia de militar en Unió, pues si eras el líder de sus juventudes bien te podías permitir coger el coche aunque ya no te quedasen putos en el carnet desde hacía meses, o podías recibir un indulto del gobierno central si te habían condenado por corrupción en calidad de miembro de la diputación de Barcelona hacía pocos meses; los desbarajustes de los hospitales que afectaban a los médicos, quienes llevaban años sin cobrar bien las guardias (y desde el pasado septiembres sin el “bien”), junto al cierre de plantas de hospitales y ambulatorios, se compensaban, suponíamos los mortales, con el nombramiento de ex líderes independentistas para consejeros de hospitales públicos con sueldos bien pagados; en verdad nos consolaba la idea de que nuestros políticos siguiesen velando por nosotros, incluso después de iniciar su retiro, bien como consejeros de empresas privadas, bien en despachos directivos de empresas públicas, o bien resignándose a aceptar un escaño en el Senado bajo la fórmula de “senador de provincia” (sin necesidad de que haya papeletas con su nombre en ninguna urna), para poder seguir prestando sus servicios a los ciudadanos, aún cuando el cansado peso de sus hojas de servicios les hubiese impedido triunfar de nuevo en una campaña electoral. Después de pensar en éstas y otras cosas, terminabas preguntándote si no hallaría la ciencia algún medio que tradujese los sañudos gestos del escorpión africano al lenguaje humano, previo paso necesario para llevar a unos cuantos de estos arácnidos al banco azul del Congreso, donde se sienta el gobierno.
-Por mi parte, si hay que colgar alguna información en el campus, lo haré. Seguiré viniendo a dar clase, De todos modos, si somos muy pocos podemos hacer coloquios, salir a dar clase al jardín… En la asamblea del otro día se comentó que se podía seguir dando clases, pero con “otro temario”.
Sí, había que protestar contra la subida de las tasas, pero poner en riesgo el curso no era un trance agradable para nadie. Demasiadas dudas teníamos todos en la cabeza, aunque los hechos pareciesen bastante claros. Había en la mía también una cierta culpabilidad por saber que, aunque resultase evidentemente más caro, en casa lo del 66% extra no era inasumible. Miraba a mi alrededor. ¿Cuántos de mis compañeros no seguirían allí para el año que viene por una cuestión de dinero?
Jimena tenía dudas sobre si los rectores tenían capacidad para oponerse a la subida de tasas. Yo había estado informándome del tema el día antes.
-En principio, las rectorías universitarias tienen autonomía legal del ministerio de educación, entre otras cosas porque sólo tiene competencias directas en Ceuta y Melilla, y también de las consejerías autonómicas. Vaya, que efectivamente pueden negarse a aplicar los recortes. –dije.- Pero también leí que algunos políticos están interesados en cambiar el modelo de gobierno en la facultad. ¿Eso es posible?
-Hace años que se vienen hablando de que el sistema de gobierno de la universidad, con las juntas y los consejos de gobierno que limitan, junto con los decanos, los poderes de la rectoría es -y evidenció un tono de sarcasmo- “poco práctico” y “muy lento”.
En lugar de potenciar la elección directa así como el peso de estudiantes y profesores en el gobierno de la universidad, la propuesta de la clase política era la imposición de una junta gestora cuya estructura de gobierno fuese enteramente piramidal; de arriba abajo, por supuesto.
-El señor Mas-Colell argumentaba que no era tradición catalana tener rectorías electas por democracia.
Según nos contó nuestra profesora, el conseller de economía defendía la implantación de organismos gestores en nuestras facultades, a fin de recobrar la identidad cultural catalana.
Terminó la hora de clase sin que hubiésemos avanzado demasiado temario. ¿Habíamos pensado, al menos? Al salir fuera vi las pancartas en el claustro de letras. La escena recordaba a esas poblaciones que, durante un conflicto bélico, son abandonadas por su ejército que ha recibido la orden de retirarse a otro lugar donde formará un frente “más estable”. Indefensión, eso veía yo en el claustro de letras. La incertidumbre dominaba la escena, casi hasta dejarnos en el caos. Ni estábamos preparados, ni teníamos porque estarlo. Intenté evadirme preguntándome donde podría encontrar información acerca de cómo eligieron a sus catedráticos en las universidades catalanas, o cuándo las fundaron. Primero en la de Palencia, después en Salamanca y más tarde en al importantísima universidad de Alcalá de Henares, ciertamente, las cátedras castellanas se eligieron siempre (con variaciones de procedimiento) por vías democráticas. Por supuesto si el medievo rigiese nuestro presente en base a la tradición, nuestra sociedad sería un lugar bastante más horrible del que ya es; y el señor Mas-Colell jamás hubiese llegado a ser conseller del Govern, porque tal cargo se reservaría a la nobleza. No pretendía comprobar si tenía razón, de eso ya estaba seguro que no. Sólo quería comprobar si Mas-Colell era un hipócrita, o directamente un mentiroso, un ignorante de la historia de la universidad catalana.
A pesar de mis esfuerzos, hube de volver a la realidad, cuando casi caí al suelo al tropezar con uno de los cordeles que izaría una pancarta desde la segunda planta del claustro. Lo peor no era que la clase política a la que habíamos encargado la protección de nuestros intereses nos maltratase. Era que nos tratasen de ignorantes que no saben lo que les conviene. Todos sabíamos que la situación era muy compleja y de solución difícil. Tampoco dudábamos de que nuestros incompetentes gobernantes estaban gestionando el asunto con recetas tan torpes y fáciles, como terribles. Y encima nos pedían que agradeciésemos aquella brutalidad…
I quan la professora Jimena va arribar a l'aula tots portàvem una bona
estona esperant, asseguts en aquelles inconfortables cadires.
-Bon
dia… -es va interrompre per llevar-se la bossa que portava creuada sobre el
pit i es va descordar la seva jaqueta de curiosos estampats, entre
geomètrics i florals.- Alguns companys vostres m'han demanat que pengi
les anotacions del que farem al campus a partir del dia dos –de maig-
perquè pugueu secundar la vaga.
Poc amanerada en el seu aspecte,
tots pressentíem que Jimena era molt més jove del que podia semblar,
sense que tingués, en veritat, aspecte de vella. Delataven la seva
joventut el seu caràcter liberal i la seva actitud reivindicativa que
seguia molt viva. Ella continuaria fent les seves classes, perquè la
vaga no s'havia convocat per als professors, no obstant això:
-Em sorprèn que alguns de vosaltres no ho tingueu clar encara…
Els
fets semblaven bastant clars. El govern havia decidit pujar les taxes
universitàries un 66%. Tant maltractament rebrien alumnes com a
professors. Ells haurien de donar més hores de classe (si no eren
acomiadats) i veurien aquest esforç extra premiat amb una baixada en el
seu sou. Ja no era una qüestió de ser estudiant o professor, com a
ciutadà no podies evitar preguntar-te si abans havies rebut massa a
canvi de molt poc del sistema universitari i l'estat del benestar en
general. Un “si” de resposta a aquesta pregunta hagués significat un
gran alleujament, ja que hagués demostrat, amb gran consol per a
nosaltres, que una plaga d'escorpí africà hagués estat molt pitjor
legislant al parlament i amb les carteres ministerials penjant dels seus
agullons, que els nostres governants. Per desgràcia, com més es
pensava, menys òptims et semblaven els serveis universitaris rebuts,
fins llavors. Sincerament havien estat dolents en molts aspectes, però
ara se'ls volia tornar pèssims. També et venien a la ment les retallades
en els instituts; el lliurament de l'adreça dels mòduls de l'educació
pública catalana al director de l’Associació d’Escoles –Privades- Cristianes de Cataunya, qui va presentar, en el Departament
d’Educació, el notable currículum de ser membre actiu d'Unió; el
que a primera vista semblava ser injust es justificava, quan queies en
el compte de la importància de militar a Unió, doncs si eres el
líder de les seves joventuts bé et podies permetre agafar el cotxe
encara que ja no et quedessin putes en el carnet des de feia mesos, o
podies rebre un indult del govern central si t'havien condemnat per
corrupció en qualitat de membre de la diputació de Barcelona feia pocs
mesos; els "desvarajustes" dels hospitals que afectaven als metges, els qui
portaven anys sense cobrar bé les guàrdies (i des del setembres passat
sense el “bé”), juntament amb el tancament de plantes d'hospitals i
ambulatoris, es compensaven, suposàvem els mortals, amb el nomenament de
ex capdavanters independentistes per a consellers d'hospitals públics
amb sous ben pagats; en veritat ens consolava la idea que els nostres
polítics seguissin vetllant per nosaltres, fins i tot després d'iniciar
el seu retir, bé com a consellers d'empreses privades, bé en despatxos
directius d'empreses públiques, o bé resignant-se a acceptar un escó en
el Senat sota la fórmula de “senador de província” (sense necessitat
que hi hagi paperetes amb el seu nom en cap urna), per poder seguir
prestant els seus serveis als ciutadans, encara quan el cansat pes de
les seves fulles de serveis els hagués impedit triomfar de nou en una
campanya electoral. Després de pensar en aquestes i altres coses,
acabaves preguntant-te si no trobaria la ciència algun mitjà que traduís
els agressius gestos de l'escorpí africà al llenguatge humà, previ pas
necessari per portar a uns quants d'aquests aràcnids al banc blau del
Congrés, on s'asseu el govern.
-Per la meva banda, si cal penjar
alguna informació al campus, ho faré. Seguiré venint a fer classe, De
totes maneres, si som molt pocs podem fer col·loquis, sortir a fer
classe al jardí… En l'assemblea de l'altre dia es va comentar que es
podia seguir fent classes, però amb “un altre temari”.
Sí, calia
protestar contra la pujada de les taxes, però posar en risc el curs no
era un tràngol agradable per a ningú. Massa dubtes teníem tots en el
cap, malgrat que els fets semblessin bastant clars. Hi havia al meu també una certa culpabilitat per saber que, encara que resultés
evidentment més car, a casa el del 66% extra no era inassumible. Mirava
al meu al voltant. Quants dels meus companys no seguirien allí per a
l'any que ve per una qüestió de diners?
Jimena tenia dubtes sobre si
els rectors tenien capacitat per oposar-se a la pujada de taxes. Jo
havia estat informant-me del tema el dia abans.
-En principi, les rectories universitàries tenen autonomia legal del ministeri
d'educació, entre altres coses perquè només té competències directes a
Ceuta i Melilla, i també de les conselleries autonòmiques. Vagi, que
efectivament poden negar-se a aplicar les retallades. –vaig dir.- Però
també vaig llegir que alguns polítics estan interessats a canviar el
model de govern en la facultat. Això és possible?
-Fa anys que es
vénen parlant que el sistema de govern de la universitat, amb les juntes
i els consells de govern que limiten, juntament amb els degans, els
poders de la rectoria és -i va evidenciar un to de sarcasme- “poc
pràctic” i “molt lent”.
En lloc de potenciar l'elecció directa així
com el pes d'estudiants i professors al govern de la universitat, la
proposta de la classe política era la imposició d'una junta gestora
l'estructura de la qual de govern anés enterament piramidal; de dalt a
baix, per descomptat.
-El senyor Mas-Colell argumentava que no era tradició catalana tenir rectories electes per democràcia.
Segons
ens va explicar la nostra professora, el conseller d'economia defensava
la implantació d'organismes gestors en les nostres facultats, a fi de
recobrar la identitat cultural catalana.
Va acabar l'hora de classe
sense que haguéssim avançat massa temari. Havíem pensat, almenys? En
sortir fora vaig veure les pancartes en el claustre de lletres. L'escena
recordava a aquestes poblacions que, durant un conflicte bèl·lic, són
abandonades pel seu exèrcit que ha rebut l'ordre de retirar-se a un
altre lloc on formarà un front “més estable”. Indefensió, això veia jo
en el claustre de lletres. La incertesa dominava l'escena, gairebé fins a
deixar-nos en el caos. Ni estàvem preparats, ni teníem perquè estar-ho.
Vaig intentar evadir-me preguntant-me on podria trobar informació sobre
com van triar als seus catedràtics a les universitats catalanes, o quan
les van fundar. Primer en la de Palència, després a Salamanca, i més
tard a l'importantíssima universitat d'Alcalá d'Henares, certament,
les càtedres castellanes es van triar sempre (amb variacions de
procediment) per vies democràtiques. Per descomptat si l'edat mitjana
regís el nostre present sobre la base de la tradició, la nostra societat
seria un lloc bastant més horrible del que ja és; i el senyor
Mas-Colell mai hagués arribat a ser conseller del Govern, perquè tal
càrrec es reservaria a la noblesa. No pretenia comprovar si tenia raó,
d'això ja estava segur que no. Només volia comprovar si Mas-Colell era
un hipòcrita, o directament un mentider, un ignorant de la història de
la universitat catalana.Malgrat
els meus esforços, vaig haver de tornar a la realitat, quan gairebé vaig caure al sòl en ensopegar amb un
dels cordills que hissaria una pancarta des de la segona planta del
claustre. El pitjor no era que la classe política a la qual havíem
encarregat la protecció dels nostres interessos ens maltractés. Era que
ens tractessin d'ignorants que no saben el que els convé. Tots sabíem
que la situació era molt complexa i de solució difícil. Tampoc dubtàvem
que els nostres incompetents governants estaven gestionant l'assumpte
amb receptes tan maldestres i fàcils, com a terribles. I al damunt de tot ens
demanaven que agraíssim aquella brutalitat…
Dia rere dia tinc la sensació de ser pedra de tartera, que no pot evitar anar avall, avall i avall. I, al damunt, no m'agrada gens veure que la majoria de jovent viviu amb aquesta sensació.
ResponderEliminarAmb independència de l'edat, creus que hi ha marge per viure d'una altre manera?
EliminarNo ho sé, però m'agradaria creure que, si més no vosaltres, no perdeu l'esperança de provar-ho.
EliminarCada dia sóc més pesimista sobre l'Esperança... fins i tot no es posa ni com a nom de noia!
EliminarUna reflexió molt oportuna Galderich. ;) Jo no crec que l'esperança sigui una qüestió tan personal com ambiental. Certament, ens trobem davant d'un clima molt trist, però jo no descartaria que a vint anys vista estiguem millor del que hem esta mai.
EliminarPedra de tartera, indefensió, pessimisme... Estem deixant el futur en mans dels altres? En mans de governs sense imaginació, sense massa intel·ligència, que menysprea el poble que l'ha triat? No, no i no! Canviem el clima val? Dibuixem el com ho volem i esperem l'oportunitat de crear-ho. La situació és difícil i la solució no és ni una ni màgica... l'hem de trobar entre tots i per tots. Entgre tots vol dir que no podem esperar que siguin només els dirigents els que la trobin i per tot vol dir que abans de la "nostra crisi" el món dels humans, el nostre món, ja patia gana i injustícies.
ResponderEliminarGràcies Edu per obrir el debat.
Bé, Avesedari, jo no pretenc ni ofendre ni deprimir a ningú. Només novel·lo, lleugerament alguns espisodis que he viscut en directe per compartir-los amb qui vulgui llegir-los i pensar una mica.
EliminarLa situació ara per ara no és per tenir l'ànim gaire alt, ja no només per la crisi, sinó per la incapacitat col·lectiva per posar-nos d'acord. A la "Crònica" de la setmana que bé es parla d'això.