Resulta queridos compañeros de blog que ayer visité las Glarerías Thyssen. Bueno, no sé como decíroslo. A ver... ¿las habéis visitado en alguna ocasión? Los que hayáis respondido afirmativamente sabréis que la visita empeiza en la planta de arriba y a partir de ahí sólo hay que seguir un camino muy simple y bien indicado para ver primero la exposición permanente que acaba en la parte de abajo. El único elemento distorsionador, para el visitante corriente, es a lo sumo la colección privada de la baronesa que ofrece el mismo recorrido que la permanente, aunque a menor escala y siendo exactos deberíamos verla a parte. Pues bien, yo no sé cómo lo hice, pero santo Dios vi la exposición de todas las formas posibles menos de la correcta. Empecé por la planta central en lugar de por la superior. En mis intentos de orientarme, no hacía sino desordenar más el curso norma de los movimientos. Finalmente, cuando ya me digeron que para colma había empezado por la planta que no era me di por vencido y me limité a gozar del arte. Cosa que, dicho sea de paso, hice hasta un extremo "sibarítico" como diría Salvador Dalí.
Por la noche, mientras redactaba las notas de mi dietario delante de un codillo madrileño no podía evitar sentirme humillado por haber hecho tan mal el recorrido. Por eso esta mañana decidí compensarme.
Cuando fracasamos en algo fácil debemos triunfar en algo más difícil para demostrarnos que nuestro fracaso es irrelevante. Así que esta mañana visité El Prado en el orden que establecen las salas. Como sabréis los que lo habéis visitado, ese museo es la afuncionalidad personificada en lo que a su recorrido se refiere. Pero hoy, yo, lo he vencido recorriendo cada sala en el orden establecido. Al salir, crucé el centro de la ciudad a pies y fui a comerme los mejores huevos rotos de la capital en la calle Almendro, para celebrar mi triunfo.
Venga os dejo con un laberinto de verdad, a ver si lo resolvéis.
Ha, ha... deus ser l'única persona al món que s'ha perdut per la Thyssen (parlant de l'edifici, és clar...) i no pel Prado!
ResponderEliminarEsperem que quan visitis el Guggenheim Museum de Nova York tampoc et perdis...
Doncs jo ho trobo molt creatiu, de fet a la Thyssen vaig tenir la terrible sensació d'anar contra-corrent tota l'estona :P Al Prado ja va ser pitjor, perquè per arribar a besllumar un quadre havies de demanar tanda, coses d'anar-hi al pont de maig.
ResponderEliminarGalderich. Mira quan un neix original viu original i em fa por dir-ho, però pot ser mor també originalment.
ResponderEliminarClidice. Jo crec que la majoria de museus estan mal plantejants. No en sí perquè el edificis no siguin adequats, és que ordenar l'art deu costar molt. Jo no sabria com fer-ho al menys.
Amic blogaire, sóc admiradora de la ciutat de Madrid i haig de dir-te que el que realment importa és saber enfrontar-te a una visita cultural i gaudir d'allò que tant ens agrada, que és l'art. Farà cosa d'un any, vaig tenir la sort d'assitir al Thyssen quan feien una exposició de Monet i l'Abstracció. (altament recomenable)
ResponderEliminarA banda d'axiò, dir-te que em sento identificadíssima amb les línies on comentes que desprès d'un error, intetem superar-nos a nosaltres mateixos aconseguint portar a terme una fita molt més complicada.
Però cal dir que això no és un error, amic bloggaire.
Salut!