Para G…
Aunque pierda matices
ese día conserva un fondo
como de postal.
Empezó antes, en una clase
tan aburrida que nos obligó a hablar…
Dos palabras por aquí,
una conversación digital
y quedamos el sábado… Así de la acción
se deslizó el recuerdo.
Este recuerdo
como las palabras de una canción
no pesa, no duele.
El color ceniza del río,
las casas perdidas, los raíles del tren,
la grisura brillante
en tus ojos encendida
se han ganado el respeto del olvido.
Si acaso, él acaricia
su perdurabilidad
como el agua mece las piedras
hasta desgranar arena.
Lo escrito aquí
es ese polvo atómico del instante,
origen de una amistad.
26 (7) de abril de 2014 (3)
Eduard Ariza
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