(Desde Siempre)
Todo
desde
la descomposición de un átomo
hasta la ruina de Atenas
obedece a la misma secuencia,
al mismo ser.
La esencia de la civilización y del hombre
es la gloria
para embellecer su destrucción.
Porque la única victoria es la muerte
después de la inmortalidad.
Sólo el silencio es un poema.
Sólo la solidez de aire ausente
nos impide respirar.
Los sondeos de la mente,
la sangrante náusea del corazón,
la cumulabilidad de una vida,
de
mil vidas
y la experiencia del sufrimiento
tan individual, tan colectiva,
son la definición completa de la existencia.
Ya ni siquiera nos queda nada
salvo la ilusión.
Y quien no la logra por sí mismo,
la esnifa, la inhala, la fuma o la bebe
de entre los venenos más dulces
del
Caos.
9 de septiembre de 2013
Eduard Ariza
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