“Los latidos de su corazón fueron disminuyendo uno a uno, cada vez más
flojos, más suaves, como una fuente que sea agota, como un eco que se aleja; y
cuando exhaló el último suspiro, creyó ver en los cielos entreabiertos un loro un
loro gigantesco que se elevaba por encima de su cabeza.”
Con la muerte de Félicité termina El corazón sencillo, primera
de las tres narraciones que conforman Tres Cuentos (1877) de
Gustave Flaubert. Como los más sutiles ya habréis adivinado, difícilmente se
puede leer a todo este autor titánico en una sola tarde. Sin embargo, este
pequeño libro ofrece una visión panorámica de todos sus géneros.
Gustave Flaubert (1821-1880)
El responsable de la edición de Cátedra, Germán Palacios, afirma que en
El corazón sencillo podemos encontrar a Madame Bovary, en la siguiente narración, La
leyenda de San Julián el Hospitalario,
el sentimiento místico de La
tentación de San Antonio, y que en
Herodías, el tercer relato, resuena el eco de Salambó.
Tengo mis recelos para aceptar al cien por cien esta analogía tan
exagera. Porque, si bien, este pequeño volumen nos ofrece un recorrido por la
Francia decimonónica, la mística medieval y la, entonces poco explorada, época
del mundo clásico y en este caso también el bíblico, también es muy cierto que
cuesta encontrar analogías entre Emma Bovary y el sencillo personaje de Félicité,
quien vive alejada de la pasión romántica y el materialismo. Más me costaría a
mí, ver algo de la bondad y el espíritu patriótico de Salambó en Herodías,
cuñada y amante de rey Herodes.
Al mismo tiempo, no me atrevo a negar que la variedad narrativa de las
distintas épocas y la clara diferenciación entre una criada del S. XIX, la de
un santo del la alta edad media y la madre de Salomé, en el S. I, ofrecen al
lector una visión panorámica de los múltiples escenarios que tocó el autor. Realmente,
es sorprendente empezar a la lectura de tan pocas cuartillas en un relato del más
puro estilo costumbrista, evocar después un milagro medieval y terminar con la
decapitación de San Juan el Bautista.
Salomé bailando la danza de los siete velos.
No voy a extenderme en reflexiones sobre el argumento, pero recomiendo
la lectura de Tres cuentos a dos clases de personas: a aquellas que
conozcan muy bien las obras puntales de Flaubert y quieran enriquecerse un poco
más con este gran autor, y, aún más especialmente, a quienes quieran
aproximarse un poco. Me atrevería a asegurar que ésta puede ser una buena
lectura para los lectores más jóvenes que quieran romper el hielo con el
realismo francés flaubertiano, antes de sumergirse en sus aguas. Ciertamente,
su corta extensión, la hace más apetecible en ese sentido a quienes aún no
tiene hábito de leer. En resumidas cuentas: recomiendo estas narraciones a todo
el mundo. Recordad que se lee en una tarde.
Els que som de lectures fast-foods t'ho agraïm. Una bona recomanació. Aquest dijous tinc programat anar a La Central i el demanaré.
ResponderEliminarGràcies una vegada més.
És un llibre preciós, Eduard i ara parlo únicament d'Un coeur si simple on Joyce hi va trobar inspiració per un dels seus contes del recull "Dublinesos". Peró hi ha més coses: Felicité és també la Colometa de Mercè Rodoreda i, per si fos poc, la extraordinaria Misericordia de Pérez Galdos. De vegades pocs fulls guarden tresors. Es tracta de qui els ha escrit,és clar.
ResponderEliminarSalutacions!
Gladerich, me'n alegro que trobis "Els tres contes" com una lectura ràpida. Ara és una exquisitesen per paladars delicats, res de fast-food.
ResponderEliminarGlòria: Realment sempre em deixes astorat. No volia allargar-me en algunes consideracions, però, veritablement, desconeixia la profunditat del personatge de Félicité.
Una bona recomanació, Eduard. Sempre va bé tenir a mà bona literatura de "consum". A vegades no ens embarquem amb segons quines lectures per manca de temps. I més sovint encara, ens perdem lectures perquè només passem per les obres més conegudes.
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