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lunes, 5 de septiembre de 2016

La Linterna de Abraxas: Habitación

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A veces las habitaciones se convierten en una celda monástica donde purgar nuestra melancolía y la angustia del día a día, sin que nadie nos oiga.
Aquí tenéis el enlace a un poema que trata sobre ello:

miércoles, 24 de agosto de 2016

La Linterna de Abraxas: Réquiem de Aniversario

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Hay personas que se nos aparecen súbitamente, como un cometa en el horizonte. Nos da tanto miedo pensar que como esos cuerpos celestes su paso por nuestras vidas naufrague en lo fugaz que se no encontramos las palabras con que expresarlo. Este es mi pobre intento de hacerlo... y es doblemente pobre, pues pretende ser un regalo de cumpleaños.
Os dejo el enlace:
http://lalinternadeabraxas.blogspot.com.es/2016/08/requiem-de-aniversario.html

sábado, 20 de agosto de 2016

La Linterna de Abraxas: Éxtasis


Os dejo el enlace a La Linterna de Abraxas y a mi poema erótico Éxtasis dedicado a la masturbación femenina. Ese tema aún bastante tabú o degradado por la mala pornografía.
Para su composición partí de un estímulo en que el erotismo del eros y la admiración humana logos se entremezclan en un todo indisasociable.
Espero que os guste:
http://lalinternadeabraxas.blogspot.com.es/2016/08/extasis.html

lunes, 4 de julio de 2016

Espera en el mercado y su llegada



Como latidos en los peldaños, suenan los pasos
mientras el arte que transmuta estaño en comida
agita sus zumbidos.
                                   La estatua del vacío
se llena de luz, para edificar lo profundo:
El espacio y los colores.
                                               Ahora todo está a punto.

El tiempo en ocasiones pesa demasiado,
electriza la sangre y duerme la voluntad
en el sueño del impulso.
                                               Si el rastro en plata
que sombrea los cometas se hiciera carne
(y la palabra se hiciera conciencia)
                                                           serían como ella.

El deslinde aromático de avellanas y tierra roja
marca el fin del vacío
                                   y el inicio de su presencia.
Después las primeras palabras -en lengua de nubes-
se derraman fugaces en púrpura...
                                                           Ahora todo está bien.

(Algún día haré de las palabras pintura
y en el marmóreo blanco del papel
fotografiaré tu cuerpo [de escándalo].
[Tal vez desnudo].
Pero hoy no.)

25 de setiembre de 2015



Eduard Ariza

lunes, 13 de junio de 2016

S. (ociedad) A. (nónima)


Las legiones de sombras desbandadas
se reagrupan.
La suma de dinero sustituye al nombre
y una identidad mutable
instrumenta este poder hueco.

Este poder, como un hambre infinita,
respira sangre.
(Y no mira ni el nombre de sus víctimas.)
Los paneles de las bolsas calculan gritos
y de la esperanza destilan angustia.

Un verdugo que no ve a sus víctimas
desconoce
al asesino al otro lado del espejo.
Confunde la sangre que mancha sus manos
con el pigmento de su piel.

No siempre yace el mal tras el dolor.
A veces,
no hay más culpable que la mediocridad.
No hay peor criminal -porque se cree honesto-
(y en su lujo sólo ve un premio al mérito).

24 de setiembre de 2015
Eduard Ariza


lunes, 11 de abril de 2016

Pesadillas


Rompisteis la noche
                                   al poner el pie en mi cuarto.
A fuego, desollando la carne,
pudrís la sangre en mi cerebro
hasta que os vomita.

Fantasmas sin calaveras,
                                               alucinógenos de la náusea,
¿por qué sois como un tentáculo
saliendo mi garganta?
He afelado vuestras perversiones.

mientras en mi cara
                                   las cicatrices del pánico
esbozan una lágrima de carne.
Los círculos de oscuridad
pesan viscosos y caen.

Caen y me sumergen
                                   en el pantano de arena.
(No puedo respirar, os lo dije).
Pero seguís ahí, incorpóreos
coronando el vómito del alma.

24 de septiembre de 2015
Eduard Ariza


lunes, 14 de marzo de 2016

Moraleja


Contigo la angustia es tan poco
que su desgarro se diluye
en tu abrazo por un segundo.
Hasta el vacío se hace leve

en tu caricia, en tu susurro.
La angustia tan intensa tan
ausente de consuelo muere
a tu lado enferma de miedo,

porque tú me creces alas
con que surcar los universos.
Contigo ni la angustia puede
envenenar mis pensamientos.

Entonces los trazos del alma
mientras se deshojan serenos
esbozan tu presencia efímera.
Sin ti mi espíritu está enfermo.

29 de agosto de 2015

Eduard Ariza

lunes, 7 de marzo de 2016

Sustancias


Mujer sentada, Egon Schiele

Para A...

Lejos de la angustia cotidiana,
tu sonrisa.

Suave como la caricia de tu olor,
tu piel
insinúa el beso de la delicia.

En atrapasueños de filosofías se tejen
tus ojos
desahuciadores hipnóticos de la angustia.

Flores de alcohol que atesoran borracheras,
tus pechos
se ocultan penosamente entre la tela.

En el destierro de la nostalgia,
tu compañía.

7 de marzo de 2015
Eduard Ariza

martes, 1 de marzo de 2016

Nuevo Encuentro


Hay un laberinto
que se edifica con palabras,
inocentes disfraces
de pasión enmascarada.

En la insinuación,
sólo la duda abandona
las fantasías del deseo
al abismo del pavor.

En el beso de tu piel
está la llave de mis esperanzas.
Pasarela a futuro,
tú incubas orgasmos

en lo profundo del alma
y al borde de la piel.
Tu olor reescribe mis ilusiones. Tu voz
acuna mi conciencia.

27 de septiembre de 2015
Eduard Ariza

jueves, 4 de febrero de 2016

Distancia

 

Para P...

Cuántas veces no he soñado
que mis ojos eran ceniza
                                               y que la carne de mis manos
mudaba en dos pequeñas sombras.
Así mi compañía no te ofendería
resquebrajando el púlpito de tu integridad.

El murmullo de lo oscuro que sondea en fuego los segundos
desliza entre las bambalinas abúlicas de la mente
                                                                                  el vicio.
como un infarto placentero.
A su dulce herida le sigue el beso del remordimiento.
Después, la mancha en la memoria.

Esa flagelación de éxtasis involuntario
anhela la fiebre espumada en la horca
                                                           autoerótica.
Y aunque me ate la cadena de la ética,
y aunque cada palabra mía escribe una mentira de corrección
la apariencia rastrera (me llora de angustia).

El silencio de plomo pesa en mis labios
como una náusea taticárdica.
                                               Así el crimen de la distancia
ha hecho de mí su arma, y ahora tatúa mi conciencia.
Petrificado en la depresión, mi espíritu
anida exhausto, mordiendo la arena de la melancolía.

30 de enero de 2016

Eduard Ariza

lunes, 1 de febrero de 2016

Parásito

 

El beso en su piel siempre ha sido caníbal.
Y al retirarse los labios
                                     las migas de su carne
le ensombrecen en sangre la sombra.
En silencio, una lágrima invisible

sucede a cada sorbo de agua para tragar las pastillas.
Entonces ves que una planta carnívora
                                                           le devora el alma.
Desde niña le envenena la sangre en plomo.
Le confunde realidad y pesadilla

para que hasta los miedos más imposibles
la consuman de dolor
                                   (antes siquiera de que existan).
Además la cicatriz del abandono
todavía la quema como una brasa en la tráquea

y el tacto de las caricias le parecen violaciones.
Entonces la muerte
                                   le ocupa el lugar de sus esperanzas.
Su salvación es el agotamiento
que todavía la detiene.

Alguien vendrá que la bese sin herir su carne
que desdente con sus labios
                                               las fauces del parásito.
Pero no seguirán juntos.
Naufragarán entre la dependencia y el recelo.

31 de enero de 2016

Eduard Ariza

lunes, 11 de enero de 2016

Autorretrato

Sólo la luz
como un fantasma al final del espejo.
Caricia de la negrura,
desliz inoportuno de la vida
explicada en función del enigma.

Tantas horas confiadas
al abrazo del olvido
                                   que se devuelven
con la sangre del alma
en un piso de sombras grises
penumbras rodas y obsesiones sinuosas.

Trabajo, dignidad del que piensa
y conciencia del esclavo. Lujo es la alegría.
en la jauría del vacío.
Quien besa el aire
esculpe en saliva una trampa

para encerrarse a sí mismo
con la morfina de la ilusión
                                               en este manicomio
calle X nº 32.
Dilemas morales o crucigramas de revista
tanto da. Al final:
                                   Sólo la luz.

27 de agosto de 2015

Eduard Ariza

lunes, 7 de diciembre de 2015

La Muerte del Mero


Para D... que vio al mero

Mientras la niña lo mira
el remolino de emoción tiñe sus ojos
¡Que grande!
                        Se agota el recelo
y del miedo nace la admiración.
Esa boca inmensa
burbujea silente.
                                   Tal vez le habla a ella.

Al otro lado del cristal
el firmamento de sus escamas brillantes
luce en su lomo negro,
                                               un pedazo de noche,
a nado entre aletas
en el azul de la pecera.
Tal vez le alegran las visitas.
                                               Y sonríe

En el infinito de su amnesia
la sinfonía de formas marinas se agita
Música muda.
                        Pero de nuevo
mira el cristal.
Ahora siente la angustia
del preso en su jaula.
                                   Y le cae una lágrima.

Pasa el tiempo. Esta mañana
sus cuerpos lucen como claraboyas
vueltas del revés.
                                   Masacre.
Su sangre pudre el agua.
Muertos de avaricia negligente.
sin gritos de agonía
                                   su armonía desaparece.

21 de Agosto de 2015
Eduard Ariza


domingo, 22 de noviembre de 2015

Ella en los Ojos Ajenos


[Tal vez el poema más feminista de cuantos he escrito.]


Para D...

En el estanque de penumbras
                                                  -entre la barra,
el billar y la pista de baile- la tiniebla
hidrata el deseo con la rosa del alcohol.
Libres de moral, huérfanas de vergüenza

deambulan las miradas
                                         -entre la tela
y la rodilla, y entre la tela y el cuello-
escalan los centímetros prohibidos de la carne,
hasta probar el maná de la lujuria.

Así el estímulo desnuda
                                          a las almas
de los velos de ceniza. Muda la rutina
por otro collar de sumisión
(más natural, más placentero).

De esta sinuosa atmósfera
                                              ella es personaje
-y es decorado. Excita a los caníbales de la mujer
mientras lamen pétalos de alcohol en sus fauces.
Al verla, su ansia epiléptica despierta.

En sus pensamientos,
                                    el susurro de sus ojos
reverbera el palpito excitado de su frustración y su deseo.
Como un olor sin tacto,
como un tacto sin nombre

la delicia de su piel se cubre.
                                                Y cada hilo de su vestido
prolonga una nube de estrellas –negras-
como una maraña de enredaderas
-candado de manos ajenas, puerta a su imaginación obscena-.

Bajo su piel la sangre anida
                                              con alas de mariposa.
Tal vez, fue un ángel porque en su espalda
se ilumina la cicatriz de unas alas perdidas.
Pero los mirones no quieren bucear en su universo.

No buscan las lunas llenas de su alma.
                                                                Sólo la sumisión
de su materia, sin importar violencia, para integrase en ella.
(O si acaso, al menos, el estímulo
para la autocombulsión erótica.)

Por suerte hay unas manos…
                                                  (Las que la besan
en cada abrazo. Y no la desnudan sino dándole alas,
buscando generosas, entre los tirabuzones de su melena,
cómo cruzar juntos el horizonte de la felicidad).

21 de noviembre de 2015
Eduard Ariza


lunes, 9 de noviembre de 2015

El Sueño de la Anarquista


Para D...

La nube soñó que sabía escribir
entonces naciste tú.

El remolino de atascos y politonos
asfixia el silencio.
                                 Mientras
las serpientes de adoquines
dibujaban laberintos donde perderte.

Allí, entre pulsiones reprimidas,
el erotismo descuartiza ideas.
                                                   Y el vacío
se acicala de egoísmo, lujuria y velocidad.
Por eso te entristeces

porque esta lepra de vanidad cancerígena
apresa la sociedad.
Y aún buscas una salida al laberinto.
(Pues te faltan las alas.)

En nuestra conversación de what's up
he leído tus ideas
                               armónicas y frágiles
como un firmamento sólo alumbrado
por estrellas fugaces.

Y he visto tu desgarro en la pantalla.
Dulce demiurgo con manos de mujer,
aunque impidan que cambies el mundo
promete que
                         (al menos en nuestras charlas)

seguirás con la traducción del lenguaje
escrito por los cometas.

1 de Agosto de 2015

Eduard Ariza

lunes, 5 de octubre de 2015

Manifestación


Los zarpazos del poder
parecen embriagados por rosas de cocaína.
Sueña el despotismo la pesadilla ajena.

Por eso a veces el alma se viste de miel.
Para redimir la cobardía,
los nenúfares de metal se niegan a ahogarse.
Flotan en las calles.
                                     Florecen en las plazas.

Las cadenas se hartan de sangre.
Entonces las palabras dan voz a la tela
y un coro descompasado
compone improvisados himnos de libertad.

El murmullo se hace grito.
Del cansancio brota la valentía
                                                     y se hará oír
aunque se vomite sangre en el asfalto.
Ahora la protesta
                               (ya habrá tiempo de silencios).

Por un instante el medio de la derrota
se eclipsa
                    y hasta el dolor de la herida
se duerme soñando justicia.

1 de Agosto de 2015

Eduard Ariza

lunes, 21 de septiembre de 2015

Woman


El dibujo del alcohol
perfuma el laberinto de su piel.
Mientras la vorágine de la fantasía
alivia el peso de la obsesión.
                                               En un estanque
peces de sangre causan infartos
a quien los beba.

Hay un cansancio
dulce como la melancolía que teje alas.
El amor así
                        muere la vida de la mariposa.
El orgasmo tiene alas de buitre.
Después regresa el cansancio dulce
y el tiempo se hace silencio.

En el desierto del erotismo
las rosas saben a incontinencia
a impaciencia, al desperdicio del infinito…
Y las agujas de sus relojes de arena
tejen más alas
                        para los ángeles caídos.
Pero los taxis ya no pasan.

Porque el sueño de la ultratumba
se retuerce
                        bajo tus ojos.
Las nanas de los suspiros
se han silenciado.
                                   Las farolas se apagan.
El espacio y el tiempo
caen.

20 de Agosto de 2015
Eduard Ariza





lunes, 17 de agosto de 2015

Añoranza


Para E...

Cada vez tengo más miedo
a que la añoranza
devorada por el olvido
se convierta en nada.

De este desgarro trágico
sólo me duele
que sólo responde
a un absurdo cotidiano.

Un reloj de telerañas
pasa, pasa
                   y nos captura.
Nos roba los recuerdos.
Los cercena hacia el vacío.


El cazasueños del insomne
agrieta mis ilusiones.
Si nos olvidamos
ya no habrá dolor,

pero la claustrofobia del recuerdo,
en su última recaída,
nos enfermará en la agonía
del remordimiento.

7 de marzo de 2015
Eduard Ariza


lunes, 3 de agosto de 2015

Cama a media noche


El brillo de la farola
(luciérnaga ensartada en acero)
alumbra el valle de la urbe.

La pérdida de esta noche
no escribe una gran tragedia. El tiempo
con tiempo le robará

hasta la tristeza.
Pobre el desamor se olvida con el sexo.
Su dolor fallece

en lenta agonía,
asfixiado por el sádico estertor
del ansia de placer.

7 de marzo de 2015
Eduard Ariza

lunes, 20 de julio de 2015

La mujer que gritó "basta" en el caos del mundo


Para A...

Cuando olvidamos cómo hablan las nubes
apareció la palabra
                                   hiriente y confusa.
Y todavía apestamos a dolor
Y todavía manchamos nuestras manos de angustia.
¿Dónde está el ataúd de parquet?

La ceniza parasitó la carne
y se la llamó vergüenza.
                                               Infectó cada entraña
y se pudrió abortando nuestro espíritu.
¿Quién dio dientes postizos al miedo?

Hubo un cansancio que alejaba
el laberinto de las almas.
                                               Y los cuerpos
se reencarnaron en autómatas.
Y ya nadie quedó ciego por el eclipse.
¿Por qué las ratas beben oro?

Las arañas que moran en el cráneo
se tejieron alas de espuma
                                               y echaron a volar.
Y el insomnio devoró al sueño.
¿Con qué carne se esculpió el altar de las almas?

La sangre coaguló en silencio.
Silente el latido, llegó la muerte deshidratada.
                                                                                  Ni por ella
se abandonaron los chillidos,
los silenciosos holocaustos de las prisas,
ni el tejer ilusiones con pesadillas.
¿Cuándo comimos uñas del odio?

Lilith se cruzó conmigo en la calle.
Dijo "basta".
                        Y me reencarné en silencio.
Luego los murciélagos florecieron y en otoño
dieron frutos dulces de sabor.
(Alguien untó con miel el clítoris del alma.)

8 de julio de 2015

Eduard Ariza