Para Jan
Matheu
Las manos se espacian llenas de
niebla.
Vomiteras,
pasillos laterales,
subís hasta arriba de la cavea
con los cuerpos ausentes
y sus manos tétricas encaramados
a vuestros escalones.
La gran sala rojiza
trasmite la nobleza del castaño
el brillo del aya bajo la aurora
la firmeza de roble
si se vacía.
Incluso pierde el semianillo áureo
la nobleza del teatro
si se llena
de cuerpos espectrales
sin más
deseo
que dibujarse en grafía de la
historia
sin haber hecho méritos.
La tribuna como un faro fundido
ya no describe sendas
ni separa el mar del acantilado.
Capitanes torpes con la mesana
el timón, el trinquete y la
mayor…
con lenguas de medusas
abren de veneno
las
pieles jóvenes
del marino confiado.
¿Por qué sólo si se vacía la cámara
aspira a ser solemne?
¿Por qué lo que debiesen de ser himnos
suenan a latigazos?
La corrupción del templo
por quienes no conocen sus
rituales
nos vende a todos humo
y finge que vende vapor de
plata.
Eduard Ariza
Nota. Feliz día de apertura de las nuevas Cortes, hoy martes y trece.
¡Tampoco aspiro a vapor de plata, sólo a su brillo!
ResponderEliminarCelebro descubrir el poeta que, amb tanta elegància, ens ha "cantat" el parlament. Espereo més mostres de lirisme, Eduard!
ResponderEliminarGladerich: ¿Per què vols enganyar-te més? Ens mereixem un vapor de plata.
ResponderEliminarGlòria: Ho intentaré, però no n'esperis grans coses.
¿Dónde tenías escondido a este lírico de la épica sin brillo de la política? Esperamos más intervenciones desde ese lado de la realidad... Un abrazo desde mi etérea realidad intangible.
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