Knut Hamsun con su preciado Mar del Norte al fondo.
No se puede
dudar de la importancia de Knut Hamsun en las letras noruegas. Nació en la
pequeña localidad de Lom en 1859. Gran parte de su juventud la pasó viajando,
especialmente, por Canadá donde ocupó múltiples empleos. La referencia a este
dato no es gratuita, pues el autor quería conocer de primera mano los bajos
ambientes laborales del ferrocarril, los puertos y otros trabajos mal
remunerados, a fin de acercarse a la miseria social que impregnaría gran parte
de su obra.
No
sorprende que se dé a conocer con Hambre en 1890, novela cuyo sui
generis protagonista vaga preso de esta necesidad por una ciudad,
intentando ocultar su estado de pobreza y sin revelar nunca al lector su
nombre. Le siguieron otras novelas igualmente cortas como: Misterios (1892)
y Pan (1894) en las que amplia su temática a perfiles humanos sutiles,
por ejemplo, en Pan reinventa al tópico de “el buen salvaje”, a través
de un coronel que vive retirado en el bosque.
Su
fama se consolida con Bajo las estrellas de otoño (1906), Un
vagabundo toca con sordina (1909) y La última alegría (1912). Las
tres recopiladas en La trilogía del vagabundo en 1927. A esta fase le
sucede una de novelas más largas cuya gran obra es La bendición de la tierra
(1917), donde reivindica la espiritualidad del trabajo rural y la pureza de
las tradiciones en una implícita contraposición a la industrialización.
Bandera noruega.
Hansum recibió el Premio Nobel de
literatura en 1920. A partir de ese momento, los noruegos le confirieron un
carácter de gran patriarca cultural y se hizo famosa la frase del rey Haakon
VII “Knut Hansum es el alma de Noruega”. Sin embargo, el escritor entró en una
acentuada decadencia al padecer un ataque de apoplejía que le privó de gran parte
de su personalidad. A esto se vino a sumar su sordera. En este contexto
personal se encontraba, cuando las ideologías de extremaderecha empezaron a
tener auge durante el periodo de Entreguerras.
Acabada la Segunda Guerra
Mundial, Hansum fue procesado por traición. Ya había estado dos años en un
manicomio, lugar en que los intentos de incapacitarlo no llegaron a buen
puerto, ya que, pese a su avanzada edad, el autor se mantenía muy lúcido. Se
imputó a Hansum apoyo a la causa nazi y al gobierno colaboracionista de noruega
encabezado por Vidkun Quisling. Había escrito numerosos artículos apoyando la
ocupación y contra la resistencia noruega, entre sus titulares, destaca su
famosa Necrológica a Hitler en la que habla del Führer caído en estos
términos: “Era un guerrero, un guerrero para la humanidad y un predicador del
evangelio sobre el derecho de todas las naciones; un reformista del más alto
rango y su destino histórico fue precisamente actuar en un tiempo de
brutalidad, que finalmente le hizo caer”. Otro dato, que le fue muy
recriminado, fue regalarle a Goebbels en 1943 su medalla de Premio Nobel, en la
única ocasión que lo vio en persona, durante un mitin de éste.
Vidkun Quisling (1887-1945, ajusticiado) primer ministro noruego entre 1940-1945.
Fue condenado a pagar una multa de
elevada cuantía y sufrió el ostracismo más radical, hasta el extremo de que,
hoy en día, no hay en Noruega ninguna referencia pública a él. Su mujer fue
sentenciada a tres años de cárcel, dado que su apoyo a los nazis había sido
mucho más explícito. Hansum invirtió sus últimos años en la redacción de Por
los senderos donde la hierba crece (1949), libro de apología personal donde
se exonera de muchos de sus errores, que finalmente pudo ver publicado, antes
de morir en Lom en 1952.
¿Era Hansum un nazi? Algunos
datos anteriormente expuestos dejan poco margen para hablar a su favor, no
obstante, se debe apelar a su situación personal. El anciano novelista vivió
prácticamente incomunicado por su sordera los años previos a la guerra y
durante el conflicto no era capaz ni de escuchar la radio. Jamás fue
antisemita, a Vidkum le dijo en cierta ocasión “no entiendo el antisemitismo de
Hitler” y también confesó abiertamente no haber leído jamás el Mein Kampf.
Su único encuentro con jerarcas nazis se produjo en 1943, durante un viaje
por Alemania. Vio a Hitler en Berchsgraden, no siendo muy grato a la presencia
del Fürhrer, ante quien Hansum se quejó de la brutal represión ejercida por
Terboven, Reichkomissar alemán en Noruega, quien a efectos prácticos gobernaba
el país, además de pedir garantías para la independencia real de su país, tan
pronto como acabase la guerra.
Knut Hansum en su estudio.
¿Por qué entonces era Hansum
adicto a Hitler? Más a que a Hitler, Hansum era un convicto germanófilo,
paradójicamente, porque consideraba a Alemania –y al Tercer Reich- libre de los
horrores de Imperialismo Británico que había destruido civilizaciones en todas
su colonias, abierto los primeros campos de concentración modernos en Sudáfrica
para apresar a los boers, introducido la mecanización en la guerra, así como
impulsado la revolución industrial sin controlar la grieta social que dejaba, y
condenado al hambre a su querida Noruega a causa de su duro bloqueo naval en el
Mar del Norte durante la Primera Guerra Mundial. Como patriota, Hansum quedó
seducido por la idea de Hitler de una nueva Europa que reservaba a Noruega un
puesto de honor por ser el país nórdico por excelencia y el segundo pueblo
ario.
Su incomunicación con el exterior
y su poca fe en el sistema demócrata que le parecía podrido de corrupción y
arribismo le condujeron a mantener en Hitler a la idea abstracta de un profeta
salvador. Demasiado tarde cayó en la cuenta de su grave error.
No es el suyo un caso único: Ezra
Paund, Josep Pla o Heidegger todos ellos seducidos por los ideales puros del
fascismo y la ultraderecha, sin reparar, en parte a causa de su genio, en sus
terribles aplicaciones; ni compartir en buena medida sus prejuicios. La
filosofa judía Hanna Arendt, alumna y amante de Heidegger comparó a su maestro
con el sabio Anaxágoras, antiguo astrónomo griego, que cayó en un hoyo mientras
iba trazando el mapa de las constelaciones. Esta analogía es perfectamente
aplicable a Hamsun.
Knut Hamsun a avanzada edad.
Recomiendo la visión de la
película cuyo trailer os dejo aquí para que quienes estén interesados se
acerquen más a la personalidad de este hombre y, a aquellos que piensen que la
obra artística no se puede condenar por las acciones del genio, les recomiendo
la lectura de cualquiera de sus obras. Hay que dar una oportunidad al trabajo
de un hombre a quien Kafka, Thomas Mann, Gorki, Henry Miller, Charles Bukowsky
o Paul Auster entre otros reconocieron como a un gran maestro.
La vàlua literaria d'en Hamsun és inqüestionable i la seva trajectòria personal una mostra que, per qualificar la literatura d'algú, val més no saber-ne gaire de la seva vida privada. Tanmateix, tots tenim pa a l'ull i tendim a llegir el passat en clau de present i, moltes vegades, basant-nos en quatre tòpics mal girbats per la ideologia a la que vivim adscrits. Una bona entrada, que ens demostra que no existeix el món dels "bons" i els "dolents", hi ha un món i és com és. Gràcies.
ResponderEliminarAra, al Club, em toca acompanyar al Céline al fons de la nit. Un altre que també va caure al gran forat del XX mentre mirava els estels.
ResponderEliminarOstres, ser demòcrata els anys 30 havia de ser complicat perquè l'èpica feixista va arrossegar uns quants i l'èpica soviètica uns quants més.
ResponderEliminarDe demòcrates ben pocs en van quedar ja que era/és una ideologia massa popular... Aquests van rebre per totes bandes!
L'any 43, quan la trobada amb els capos nazis, ja era del domini públic el que els nois de Hitler estaven fent arreu dels seus dominis. La no consciència del terrible present que assolava Europa podia entendre's fins a un cert moment; a partir d'aleshores, la connivència amb determinades idees no tenen cap justificació. Europa no va estar mai dividida entre nazis i comunistes; la majoria silenciosa coneixia el pà que s'hi donava, com no ho havia de saber qui tenia accés directe a una informació que, a molts, els estava vetada!
ResponderEliminarClidice i Girbén: Comparteixo la vostra opinió. Certament, Knut Hansum és un grandíssim escriptor. D'altra banda, si bé trobaríem inexcusable alguns dels seus actes, no crec que sigui dels pitjors escriptors amb majúscules.
ResponderEliminarGladerich: I no t'oblidis que la democràcia contaminada pel populisme esdevé facilment una nova forma de dictadura.
Ferran: Ell mai no va tenir informació privilegiada com li presuposes. Va entrevistar-se vint minuts amb Hitler un cop y va sentir un discurs de Goebbels, un altre. Respecte als crims comessos a Noruega pensava que no tenien res a veure amb Hitler, sinó amb Tervofen, un enviat massa violent. I això que dius que els crims nazis eren de domini públic doncs... quan a a finals del 44 s'allibera Auschwitch, els anglesos i els americans creuen durant més d'un més que les informacions que arriben són propaganda sovièitca i no és fins que Churchill va veure les cintes dels camps que va creure el que deien. D'altra banda, jo no pretenia justificar Hansum, sinó plantejar una reflexió sobre la seva figura.
Quin article més interessant, Eduard!. Fa molts anys vaig llegir "Hambre" i em va commoure. També vaig saber de la desgraciada infantesa de Hamsun, un nen que tallava fusta als boscos de la seva terra, costantment colpejat pel seu pare. Aquesta trista vida el va portar a Estats Units on es va fer xofer i cobrador de tranvies per retornar a Europa, a Noruega i triomfar com a gran escriptor. Jo crec que el seu nazisme no deu arribar a contemplar l'holocaust i, com tu dius, està basat en el rebuig al Regne Unit.
ResponderEliminarAltres grans escriptors es varen alinear amb el nazisme com, per exemple, Aldous Huxley, Celine, Pierre Drieu La Rochelle, Jean Gionno. Llegir les seves obres no significar compartir les seves idees, és bona literatura escrita per gent que, com Heidegger, va caure en un forat.
Salutacions!
Glòria, el teu comentari com sempre aporta moltíssim. No sé si ho saps, però en breus, trauran una pel·licula noruega, sobre "La benedicció de la terra" que pot estar forá bé. Això de la seva infància desgràcida he preferit no mencionar-ho, primer perquè penso que en el seu cas no fou un factor decisiu, en el sentit que no es veu palès al sentit de la seva obra i, pot ser, algú interpretava que, com és habitual, s'intentava disculpar l'home basant-se en la seva dura infància.
ResponderEliminarRespecte als autors que esmentes tens tota la raó, però és que en el cas de Hansum, com també dius més amunt, no era un nazi convençut, perquè no tenia massa conciència de com rutllaven les coses al seu voltat.
PEr cert, mira la pel·lícula que t'agradarà malgrat sigui una mica lenta. Si no la trobes en lloc te la puc fer arribar per correu postal o podem quedar en persona, si no va en contra de les lleis de la bloggosfera. Penso que ets una persona que li traurà suc.
ResponderEliminarMolt interessant això de la pel·lícula. Ja te'n diré alguna cosa. Jo esmento al seva desgraciada infantesa, més que res, perquè haver de treballar tan durament li va escatimar una millor formació atès que tot ho va fer treballant. I sempre m'ha arribat al cor que conduïs tramvies el futur Nobel!
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