lunes, 13 de enero de 2014

Apuntes: Blasco Ibáñez, "Los cuatro jinetes del Apocalipsis"


Como el autor nos cuenta el prólogo, la idea de escribir esta novela partió de una recomendación del propio presidente Poincaré, con quien se entrevistó en Burdeos a las pocas semanas de haber estallado la Primera Guerra Mundial (1814-1818). El jefe del estado, apasionado lector de autores nacionales y extranjeros, entre ellos Blasco Ibáñez,  le animó a escribir sobre el conflicto, pero no como periodista. En su opinión otros podían llevar a cabo ese trabajo. Él debía escribir una novela, así el horror de la guerra se recordaría por encima del eterno momentáneo del periodismo.


Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928)

El escritor justo regresaba de Argentina a bordo de un vapor alemán, uno de los últimos, sino el último que pudo tocar tierra francesa en cuatro años. La noticia del estallido bélico, le llegó en alta mar. Como la mayoría de los españoles de ideas progresistas, Blasco Ibáñez se sentía francófilo de caras a un conflicto entre la República Francesa y el Imperio Alemán, pero su tendencia se agravó más cuando vio las entusiastas reacciones de la tripulación y el pasaje alemán del barco, que alababan la guerra preventiva contra Francia y Rusia. “Por eso sonrío con desprecio o me indigno siempre que oigo decir que Alemania no quiso la guerra y que los alemanes no estaban deseosos de llegar a ella cuanto antes” escribe en el prólogo.


Mapa de las potencias contendientes en la Primera Guerra Mundial (1914-1918)

La novela que escribió en los suburbios de Paris, en unas condiciones bastante lamentables, dada la precariedad a la que la guerra abocó a la ciudad, quedó terminada en 1916. Nos narra la historia de la familia Desnoyers, cuyo patriarca, don Marcelo, hizo su fortuna en Argentina, a donde emigró, precisamente cuando en 1870 los alemanes derrotaron a Napoleón III y arrebataron Alsacia y Lorena a Francia. En las tierras latinoamericanas entra al servicio de un rico, brusco y violento terrateniente, Maradiaga, con cuya hija Luisa se acabará casando. El matrimonio tendrá dos hijos: Julio y Chichí. La hermana de Luisa, Helena, para disgusto de padre que nunca verá bien el enlace ni a los nietos, se fugará con un peón alemán, Hartrott, con el que llega a casarse.


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Raymond Poincaré, Presidente de la República de Francia entre 1913 y 1920

Al morir Maradiaga cada pareja recibe un dinero; más la familia Desnoyers. Poco después emigraran a Europa, los Hartrott a Berlin y los Desnoyers a Paris. La prosperidad alcanzada por sus negocios permite a ambos clanes familiares hacer vida de millonarios. Las visitas de los primos alemanes muestran un nacionalismo cada vez más exacerbado, cuya principal convicción es la superioridad del pueblo alemán sobre los demás a los que debe dirigir.
La historia del joven Julio, el protagonista, abre la narración después de estos sucesos. Las primeras páginas de la novela remiten a la experiencia vivida por propio escritor, pues el joven también vuelve de un viaje de Argentina, en el último vapor alemán que podrá atracar en Francia. La euforia germánica deseosa de que empiece la contienda lo sorprende, hasta le produce enfados y desencuentros con los pasajeros de esa nacionaldiad. Ya en Francia un último encuentro con su primo alemán termina de desconcertarlo. Ni él ni su amigo el poeta español, Argensola, entienden que alguien pueda fundamentar en la superioridad racial sus planteamientos imperialistas para dominar el mundo a través de la guerra.


Guillermo II, káiser alemán entre 1888 y 1918.

Julio Desnoyers, sin embargo, piensa en cosas más personales que en la guerra. Ha ido a Argentina a tratar de juntar algún dinero para casarse con su amada Margarita, quien se está divorciando de su marido, monsieur Laurier. Sus proyectos de boda son truncados por la guerra, en cuyo conflicto se reconciliará el matrimonio y terminará muriendo el Julio.
Los cuatro jinetes del Apocalipsis se puede contemplar desde cuatro perspectivas complementarias entre sí: las trayectorias individuales de los personajes, la familia, y por último la sociedad. Blasco Ibáñez demuestra una gran destreza en estos planos, todos ellos truncados por la guerra. Tan penetrantes resultan sus diálogos en los que se discuten ideas, los sentimientos de desgarro y dolor de una familia, como la visión de los sangrientos despojos de la batalla, el hermanamiento entre franceses enemistados al empezar el conflicto, o la evacuación a Burdeos del gobierno, las cámaras, el presidente de la república y el cuerpo diplomático. El colosal equilibrio entre lo colectivo y lo singular que aparece en la novela permite a la narración fluir de plano íntimo al sociológico con naturalidad.


El horror de la trinchera.

Aunque puntualmente su francofilia aparta al autor de la plena objetividad, no hace naufragar a la novela en la literatura panfletaria. Los dos bandos son humanos, en los dos muere gente, en ambas naciones las familias tienen que llorar la pérdida antinatural de los más jóvenes, cuando no su mutilación. O simplemente, padecen  la prolongada tragedia de una angustiosa separación, sometidos a la incertidumbre de que un día pueda llegar la peor de las noticias. Así pues, ambos países y ambas familias, los Desnoyers y los Hartrott son humanos, si bien, las motivaciones del nacionalismo alemán son criticadas mediante la sutil puesta en evidencia de sus contradicciones y despropósitos.


Cementerios colectivos para los caídos en el campo de batalla.

Como no puede ser de otro modo, el tono pesimista domina en la narración. Sin embargo, también queda presente el empeño por vivir de todos quienes de un modo u otro sufren a consecuencia de la guerra. La romántica escena entre Chichí y su prometido mutilado por una explosión que se produce después de la visita a la tumba de Julio concluye la novela enfatizando este mensaje de apego a la vida.

6 comentarios:

  1. Una crònica estupenda, Eduard. Jo no vaig llegir la novel·la perquè en Blasco Ibáñez no m'inspira atracció però vaig veure la segona versió de la pel·lícula que em va agradar molt, actors magnífics dirigits per Vincente Minelli.
    Madariaga. No Maradiaga.

    Dslit!

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    1. Moltes gràcies Glòria ;) Comentaris com aquest són sempre benvinguts. Jo de fet no tenia en ment llegir Blasco Ibañez, però vaig llegir el seu retrat als "Homenots" de Josep Pla i vaig decidir-me a encetar la seva novel·la més coneguda per fer una primera topada. No puc dir que m'hagi meravellat, però tampoc em desagrada.
      No sabia que hi hagués una pel·lícula. Ja miraré de trobar-la.
      Dstil??

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    2. Eduard,
      Recorda que la primera guerra es 1914-1918.
      Hi ha dues versions de la novel·la. La primera calcada a la novel·la la interpretava el galan Rodolfo Valentino. La segona es va fer els anys 60, era en tehnicolor i estava ambientada a la segona guerra. Els actors eren molt bons: Charles Boyer, Ingrid Thulin (Marguerite) i Glenn Ford un galan que a mi no m'agrada però que va tenir molt èxit.
      No sé si les trobaràs. Poden estar descatalogades. Pregunta a Amazon U.S.A..
      Per més informació ja saps que a Wikipedia hi trobaràs quasi tots els detalls que necessites.
      Salut, Eduard.

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    3. Moltes gràcies per les recomanacions ;)

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  2. Gran novela y grandes películas, especialmente la de Vincente Minnelli. Felicidades por el blog.

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    1. Muchas gracias ;) Cuesta mantenerlo, pero vale la pena.
      Por cierto, en mayo publicaré unas entradas sobre la constitución de 1931. Espero contar con tu opinión.

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