San Eduardo el Confesor
Éste es el primero. San Eduardo
el Confesor rey de Inglaterra de 1042-1066. Hijo de Entelredo II el Indeciso y
Emma de Normandía, tuvo que exiliarse de joven con su madre y su hermano,
Alfredo, al país de su madre. Durante este periodo su padre combatió contra el
rey rival, Sven I. A pesar de ganar la batalla, Entelredo II dejó a su mujer y
sus hijos en Normandía. Durante sus 27 años en el exilio, Eduardo se contagió
del espíritu católico que posteriormente impregnaría su reinado.
Al morir su padre en 1016, Canuto
II de Dinamarca ocupó el trono de Inglaterra. La madre de Eduardo, se casó con
el nuevo soberano a quien dio dos hijos. El gesto de Emma, demuestra el poco
afecto que sentía por sus hijos con Entelredo II. Al morir Canuto II (1037) el
trono le fue arrebatado a su hijo legítimo, Canuto Hardeknut (hijo de Emma y
medio hermano de Eduardo), por Harold Harefoot.
Escudo de armas del rey San Eduardo el Confesor
Éste tuvo que afrontar una nueva
guerra civil contra Eduardo y su hermano Alfredo, haciendo prisionero a éste
último y obligando a Eduardo a huir de nuevo a Normandía. Conservó el trono
hasta su muerte en 1040, cuando lo recuperaría Canuto Hardeknut quien gobernaría
Inglaterra desde Dinamarca. El despótico gobierno de su regente, el conde de
Wessex, llevó la situación al colapso. Para calmar los ánimos, el mismo Canuto
invita a Eduardo a ser su corregente en Inglaterra en 1041. Un año después,
aclamado por el pueblo de Londres es nombrado rey.
El rey San Eduardo el día de su coronación.
Tras tan tortuoso camino al
poder, el nuevo rey se muestra como un monarca benévolo. Destituyó a varios
nobles que abusaban de sus poderes feudales, estableció un sistema de erarios
públicos mejor administrado e incluso dio pie a unas primitivas cortes
nobiliarias y plebeyas con quienes debía consensuar sus decisiones.Su fervor religioso le llevó a no consumar nunca su matrimonio con Edith de Wessex, prima suya. Asentó, así mismo, el cristianismo en el reino, definitivamente. A modo de símbolo, edificó la Abadía de Westminster, dejándola casi acabada, si bien se amplió posteriormente. Fue el primer rey que eligió enterrarse en ella, tradición que desde 1066, con contadas excepciones, siguen todos los monarcas británicos.
Abadía de Westminster (Londres)
Como se alude brevemente en la
obra de Shakespeare, Macbeth, a Eduardo el Confesor se le atribuía el
poder de sanar a enfermos sólo con tocarlos. El rey Enrique II promovió su
canonización, finalmente concedida por el papa Alejandro III en 1161 (un tiempo
record para estos procesos). Dado que no había sufrido una muerte violenta, no
se le dio el sobrenombre de mártir, sino de “el confesor”. Fue patrón de
Inglaterra hasta 1348, cuando fue reemplazado por San Jorge.
Sin embargo, su muerte en 1066,
dejó un panorama poco halagüeño. Sin hijos, sus tres sobrinos, Harold Halrald III de Noruega, Harold el Sajón y Guillermo I el Conquistador de Normandía se
disputaron, una vez más, el trono inglés, resultando vencedor el último.
¡Feliz día de San Eduardo!
Moltes felicitats Eduard! :) Amb uns antecedents shakespearians com aquests ja pots anar presumint de nom :)
ResponderEliminarLa historia de los antos-reyes es apasionante. Y nos hace entrever que nunca más habrá esa clase de santos en el santoral futuro. Mi santo (no lo celebro jamás, pero ahí está) puede ser un joven italiano de Gonzaga o bien un rei francés, elevado al altar por sus méritos como exterminador de sarracenos (ya hablo como el Capitán Trueno).
ResponderEliminarEudard, felicitats però tingues en compte que aquesta biografia va amb tu!
ResponderEliminarClidice: Moltes gràcies.
ResponderEliminarLluís Bosch: Per sort el concepte de "santedat" ha variat una mica amb el pas del temps. De fet jo tampoc no celebro el meu sant, simplement, em feia gràcia escriure'n sobre ell al blogg.
Gladerich: ¿Tu em veus a mi fent de rei o de sant? Home, què vols que et digui.
Deixa'm pensar com quedaria això de la dinastia dels Ariza; Casa aragonesa veïna dels Medinaceli, fundada per Eduard I dit l'Il·lustrat, que arribà al tron per aclamació, substituint als desgastats borbons... Felicitats!
ResponderEliminarOstres Girbén, m'acabes de deixar bocabadat. poca gent sap que l'origen del meu cognom és aragonès. Què hi tens família a l'Aragó?
ResponderEliminarUna besavia era de Casp... d'on va marxar de joveneta per buscar-se la vida a Barcelona. Va acabar a les Filipines, de criada del cònsol. Entre els tan famosos "últimos" estava ella.
ResponderEliminarAriza em sona de passar-hi mil vegades camí de Madrid.